Aunque la distinción conceptual entre ambas expresiones no proviene de su origen etimológico, porque desde este punto de vista son análogas, para comprender aún mejor mi enfoque así como los principios de la Meditación y del Mindfulness, vale describir la diferencia que algunos escritores han demarcado entre “consciencia” y “conciencia”, a partir de cierto momento de la evolución de sus significados.
Así,
algunos entendemos por “consciencia” la capacidad que tenemos de “darnos
cuenta” de los diversos estímulos sensoriales y procesos que discurren tanto en
nuestro mundo interno como en el ambiente próximo o distante que nos rodea.
Y por “conciencia”, aquello que nos lleva a comportarnos de acuerdo a ciertos valores y normas morales deseables por nosotros mismos y/o-socialmente aceptables, o que nos lleva a cuestionarnos por no hacerlo.
Por
ejemplo, cuando decimos que “estamos conscientes de cómo nos ha afectado
una situación”, queremos decir que nos hemos dado cuenta de los efectos de la
misma en nuestra vida. Sin embargo, cuando decimos que “estamos tranquilos con
nuestra conciencia”, de seguro pensamos que nos hemos comportado de acuerdo a
ciertos valores, considerados como aceptables, deseables, por nosotros mismos y
por aquellos grupos e instituciones que apreciamos.
De modo
que la “consciencia” es un área de cocimiento relacionada con la
Psicología y la Neurofisiología, mientras que el estudio de la “conciencia”
corresponde al terreno de las Filosofías de la existencia o de las
instituciones místico-religiosas.
Ahora
bien, desde mi muy particular punto de vista, considero que ambos conceptos
tienden a converger cuando emprendemos una ruta de desarrollo personal y
expansión de “consciencia”, a partir de nuestra Conexión Interna y de la
comprensión e integración de todos los procesos que surgen durante ese profundo
y enriquecedor viaje interno, hasta dar con “nuestras luces”, ese Centro que he
llamado el “Núcleo de Valores del Ser”.
Una vez
que sentimos y reconocemos este “núcleo” de nuestro Ser Esencial, tendemos a ennoblecernos y a vivir de un modo cada vez más
centrado, saludable y trascendente, a favor de nuestro bien y el de todo
aquello que nos rodea… de acuerdo a nuestra “conciencia”. Esto es a lo que he
llamado “Trascender desde sí”, aquello de lo
que se trata, para mí, la verdadera espiritualidad. Puedes revisar los
programas específicos que te ofrezco en estas áreas en la página TRABAJO INTERNO, específicamente los programas "Conoce
tus fortalezas esenciales" y "Activa tu
Eneagrama evolutivo".
A través
de mis años de ejercicio acompañando a mucha gente en esta ruta, he observado
con gran placer cómo ocurre esto una y otra vez, en los casos en que la persona
elige el conocimiento de sí misma como base y guía de su camino de vida, no de
un modo teórico sino vivencial… Tal vez es por todo esto que grandes maestros
de la humanidad así lo han sugerido…
Conócete… Expande tu consciencia… Entrena tu Conexión Interna!
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