He llamado el “Núcleo de Valores del Ser” a ese lugar de nuestro Yo interno que emerge cuando, en algún punto de nuestro ir hacia adentro una y otra vez, cada vez accediendo a niveles más profundos, comenzamos a sentirnos muy cómodos, relajados, plácidamente amorosos, seguros, percibiendo una cálida Luz que nos conecta con la sensación de retorno a casa, a nuestro verdadero hogar.
Allí, nuestra consciencia esta expandida, nuestra atención está en el presente, en cada sensación, memoria, vivencia del momento, con absoluta capacidad de observar, identificar lo que sentimos, ordenar, comprender lo que realmente necesitamos y sanar/accionar a favor de nuestro bienestar y del sentido de nuestra vida.
Y, más aún, he observado con gran placer que es un espacio en el que, cada quien, y muy a su modo, se conecta con nobles valores, una vez que ha logrado hacer cada vez más expedito, libre de obstáculos, ese viaje hacia sus profundidades. Me da la impresión de que tales valores… o “luces de alma”… están colocados allí resguardando la Esencia del Ser, y desde allí guiando el sentido y propósito de la existencia de cada quien. podrás leer un poco más al respecto en la página de este Blog TEMAS DE TRABAJO INTERNO, específicamente en los puntos "Conoce tus Fortalezas Esenciales" y "Activa tu Eneagrama Esencial". Y para profundizar en los aspectos de mi enfoque que pudieran vincularse con los avances más recientes de las neurociencias y los enfoques de la Inteligencia Emocional, Social y Ecológica, te invito a que revises la entrada MI RESPETO POR LAS CIENCIAS DE LA VIDA HUMANA.
Éste es
justamente el lugar interno hacia donde guío a cada persona que me permite
acompañarle y facilitarle el acceso a su propio Centro de Sabiduría. Y aunque
es probable que, para algunos, esta descripción resulte un tanto ideal,
poética, metafórica, debo decir que literalmente como lo describo es que, quien
se permite este viaje, lo conecta, lo percibe y lo vive.
Pienso
que el escepticismo que algunos tienen respecto a la posibilidad de conectar
con este Centro profundo, se debe a que, en muchos casos, al mismo no se puede
acceder con facilidad, porque previamente se requiere “atravesar” todas las
“capas” de memorias (muchas de ellas muy difíciles de “liberar” porque se
encuentran fuertemente bloqueadas para evitar conectar viejas heridas y
dolores), y de aprendizajes y creencias que niegan o subestiman las bondades de
esta tarea. No obstante, y como te lo he comentado en la página ACERCA DE MÍ, me he dedicado elegir,
crear y desarrollar un conjunto de técnicas terapéuticas que facilitan este viaje de manera
respetuosa, empática, segura y aleccionadora.
“Uno
no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz sino haciendo consciente la
oscuridad…” – Carl Jung.
TRASCENDER DESDE SÍ
El punto
de encuentro entre la Psicología, las filosofías de la existencia, los valores
esenciales y la Espiritualidad, lo he conseguido en el camino de crecimiento
que he llamado “Trascender desde Sí”, del mismo modo en que lo conciben la
Psicología Profunda de Carl Jung, la Psicología Transpersonal, y algunos otros
representantes notables de las psicologías humanistas, más allá de las
variantes en las interpretaciones del proceso, sus fases y las técnicas
terapéuticas derivadas.
Desde mi
perspectiva y experiencia, en verdad estoy convencida de que todos poseemos una
pulsión innata que nos impele hacia conectar e integrarnos consciente y
armoniosamente al entramado de interconexiones que nos vinculan a la humanidad,
al planeta en el que habitamos y al cosmos. Sin embargo, este impulso natural,
por lo regular, es bloqueado muy temprano en nuestras vidas.
¿Cómo ocurre esto?
Pues a partir
de la negación de lo Esencial, a través del
proceso de condicionamiento (aprendizajes nada o poco conscientes) del que
somos objeto tanto en nuestro seno familiar desde que nacemos, como en nuestra
educación formal e informal, y también como consecuencia de muchas de las
influencias que recibimos de las modas e íconos socio-culturales a los que nos
adherimos y en general de los contenidos mediáticos masivos que absorbemos.
¿Y cómo
se desbloquea nuestra conexión
con nuestro Ser Esencial?
En
ocasiones, esto ocurre como un proceso de “darse cuenta”, a partir de
sentimientos de “desencaje”, disidencias, neurosis, experiencias traumáticas
y/o reflexiones existenciales profundas, que conducen al despertar del interés y el
emprendimiento del camino de conocimiento de sí mismo, eligiendo entonces conscientemente el
“des-condicionamiento”.
¿Cómo se reactiva la pulsión de desarrollo trascendente?
Esta
reactivación inicia al atravesar las capas de aprendizajes, memorias dolorosas
bloqueadas y creencias “semi-conscientes”, negadoras de nuestra naturaleza y
sus pulsiones de desarrollo esencial, y al mismo tiempo explorar, reconocer,
comprender, aceptar, apreciar cada una de las piezas de nuestra personalidad,
de nuestro Yo Existencial o Instrumental, de ese denso ropaje que recubre
nuestro Ser Esencial.
Como ya
te he comentado, para “atravesar” todas las “capas” de memorias, aprendizajes y
creencias que niegan o subestiman la conexión con tu Ser Esencial y su fuente
de salud, vitalidad y sabiduría, cuentas con el tipo de apoyo terapéutico que
te describo en la página TEMAS DE TRABAJO INTERNO, específicamente en los puntos: “Reprograma” tu vida desde tus raíces,
“Decodifica” tu depresión, Técnicas de Visualización y enfoque,
Mindfulness y Meditación ZaZen, entre otras opciones.
Curiosamente,
en este proceso, al no cuestionar ni suprimir ninguna de las cosas que vamos
descubriendo, se va descomprimiendo y alivianando el ropaje, y se va cediendo
el paso a la Conexión con nuestro Ser profundo, el núcleo donde yacen nuestros
valores esenciales.
Esta
Conexión es la que reactiva el despliegue del Núcleo de Valores y de las
potencialidades del Ser Esencial. En este punto, como te he comentado en las
entradas: LAS 4 CLAVES DE MI ENFOQUE y ¿CÓMO EMPRENDER EL CAMINO DE RETORNO A NUESTRA COHERENCIA?, ocurre
una espontánea sensibilización y ennoblecimiento ante el otro, y en general
hacia el Todo Mayor que te trasciende, ese tejido de interrelaciones
personales, locales, globales y universales… en el que ahora sientes que
“encajas”, y desde donde le das forma al sentido profundo de tu existencia.
Así
entiendo yo el desarrollo evolutivo de la Consciencia. Es una ruta en la que,
progresivamente, vas creando un estilo de vida que tiende a lo natural,
saludable y armonioso, te dedicas a trabajar en lo que más amas hacer y se te
da mejor por tus capacidades y afinidades verdaderas… prefieres tus estados de
paz interna, ante lo caótico… y disfrutas de las maravillas del estar presente…
simplemente, siendo.
Para
mí, esto es Espiritualidad. Un fértil camino que surge a partir del despertar,
activar y permitir el impulso vital de re-conocerse, integrando luces y
sombras, alcanzando progresivamente una profunda paz interna, que proviene del
respeto por quien se Es y por el Todo que lo contiene, desde una vida coherente
que expresa cada vez más y mejor los nobles valores de la existencia.
Así
lo veo yo…
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