Reflexionemos
sobre esto…
y otros temas de la Happycracia
Te ha pasado que, a veces, ¿te sientes culpable o confundido por:
- estar desanimado, perder temporalmente
el optimismo?
- estar preocupado por tu futuro, o situaciones presentes, o por algo que aún no resuelves de tu pasado?
- conectar emociones aflictivas que se supone “no debería tener una persona feliz”?
- leer un libro de autoayuda o un mensaje inspirador, sin creértelo, aparentando que sí?
- darte cuenta de que gente de tus redes sociales difunden hermosas frases inspiradoras, y no viven desde ahí?… y que tal vez tú mismo incurres en eso?
Bien… tengo buenas noticias para ti: todo eso que te pasa, nos pasa a todos. Todos tenemos luces y sombras, virtudes y conflictos, memorias que limitan y que facilitan, fortalezas y debilidades, emociones placenteras y aflictivas, éxitos y fracasos… Así somos.
Te explico:
- el paso 1 en tu camino de bienestar es comprender esto,
- luego manejar cada condición que vivas desde la aceptación -contraria a la negación, el rechazo, la represión- y
- con mucho aprecio hacia a ti mismo, respetar: tus necesidades de aprendizaje y/o apoyo cada vez que lo requieras, lo que le da sentido a tu vida, y tus tiempos de cambio.
En este camino consciente, tus
pensamientos son cada vez más claros y ordenados, liberas tus emociones al
capturar sus mensajes, generas cambios desde ti a favor de lo que le da sentido
a tu vida… aprecias y disfrutas tu vida… Todo lo cual te va generando cada vez
más PAZ interior y plenitud. Y, desde mi punto de vista, esto se aproxima más a
la FELICIDAD que otras opciones de vida. Así, por ejemplo, las alegrías, aunque
sean genuinas, son emociones puntuales, no permanecen en ti… te hacen bien,
sólo que no son estados del Ser.
Te invito entonces a soltar la
“OBLIGACIÓN” DE SER (O PARECER) FELIZ. Esta tendencia colectiva que han llamado
“Happycracia”, muchas veces te presiona hacia la INCOHERENCIA: el perder
la línea siento-pienso-digo-hago.
¿Cómo
puedes resolver un problema real,
si
te convences de que no lo tienes?
Acerca de los efectos de las sobredosis de “Happycracia” y de espiritualidad “lite”…
Cuando conectas que algo no anda bien
en tu vida, el ejercicio consciente de
darte cuenta de lo que se trata, identificarlo y describirlo con exactitud, te
ofrece la posibilidad de comprender tu situación, tus requerimientos de
aprendizaje y cambio interno (interpretaciones, resistencias, memorias
emocionales, etc.), elegir conscientemente lo que harás al
respecto y crear tu hoja de ruta para activar soluciones: tu nuevo hábito,
pensamiento, proyecto, etc.
En cuanto al ejercicio “actúa como
si…” (…ya hubieses resuelto la situación, no tuvieses tal limitación, etc.) la
experiencia me dice que puede funcionar terapéuticamente, en condiciones
específicas de la mente y emociones “temporalmente desajustadas”, como:
- Pensamientos obsesivos que magnifican una situación fácilmente manejable o ya resuelta;
- Distorsiones en la percepción y procesamiento de situaciones concretas;
- Fantasías recurrentes que obedecen a temores irracionales (aquellos NO provenientes de la sabiduría elemental del miedo que nos alerta);
Asimismo, algunas otras prácticas, como las de Meditación Zen y Mindfulness, pueden llevarte a estados de “liberación” de tensiones emocionales/ corporales, y desde allí puede ser que la situación que considerabas un problema, se disuelva en este proceso y no regrese. Sí, puede pasar.
Sin embargo, si de modo recurrente
observas que no logras los cambios que requieres en tu vida, y permanece o se
agudiza tu malestar, la opción más sensata es trabajar en ti conscientemente
desde tus recursos internos y/o buscar apoyo profesional, preferiblemente de un
especialista acreditado (en psicoterapia y/o psicología, si hablamos de tu
salud psicológica; o coaching, si hablamos de proyectos laborales o
entrenamiento deportivo, por ejemplo).
Ni la happycracia, ni la espiritualidad “lite” pueden conectar mejor que
tú de qué se trata lo que vives y lo que realmente requieres para resolverlo.
Por
eso siempre digo que, en nuestro camino de realización personal y espiritual,
es contradictorio y contraproducente “saltarse” la comprensión y el manejo de
nuestros aspectos más básicos, por ejemplo, nuestras sensaciones y emociones,
en los cuales, cada vez estoy más convencida, reside nuestra Sabiduría
elemental.
Por algo los grandes maestros del Espíritu
siempre dijeron:
“la Luz está en ti”, “Dios es amor, vive en ti”…
Sé tú mism@, tu vida te lo agradecerá.
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